Hace menos de un mes terminé mi último romance con el concepto amistad. Ya hace algunos años tuve despedidas, promesas de no volver a caer, pero yo insisto en que alguna vez voy a encontrar en mi ciudad, no un amor (que siempre Dios le reserva amores a uno para que hagamos gala de nuestro libre albeldrío), sino un(a), unos(as) amigos homólogos y sinónimos mío. De esos que serían capaz de estar conmigo aunque yo los saque a patadas de mi casa. De esos que van a estar en mis celebraciones cuando los invite y en mis desgracias sin haber abierto la boca para pedir ayuda.
A lo largo de mi vida he abandonado amigos y amigas que en un momento fueron especiales y de los que aprendí muchas cosas. De ellos aún recuerdo chistes y lecciones de vida puntuales que marcaron mi personalidad y visión de mundo, pero mi propio crecimiento me llevó a mirarlos con objetividad y terminé desechando su cercanía hasta que pasaron a ser simplemente "viejas amistades". De las razones por las que he desechado amigos puedo mencionar algunas como éstas:
- Por tratar de hacerse los graciosos con un grupo y tomarme como ejemplo de bromas absurdas y falsas sólo para que el resto del grupo se ría.
- Por haber mentido a otras personas sobre sus realidades económicas, profesionales, políticas... delante de mi.
- Por dárselas de brillantes o muy cultos cuando yo sé que no saben ni la o por lo redondo.
- Por haberme enterado que han hablado y juzgado mis problemas con otros.
- Por ser cobardes y no querer asumir sus responsabilidades con dignidad.
- Porque sus comentarios develan que son personas acomplejadas (por inferioridad o superioridad).
- Por reirse de los problemas y/o discapacidades de otros.
- Por golpear o maldecir a sus hijos.
- Por pedirme que haga algo, a mis ojos incorrecto, para privilegiarlos o que interceda por ellos ante otros.
- Por copiarse en los exámenes.
- Por acostarse con alguna amiga mía sólo por necesidad física y a sabiendas que esto la perjudicará moral y emocionalmente.
- Por usar su poder social y/o económico para conseguir beneficios.
- Por burlarse o maltratar de alguna forma a las prostitutas y a los homosexuales.
- Por graduarse y enmarcarse junto con el título.
- Por no ver las soluciones, para mi obvias, a sus problemas y amargarse la vida con mil quejas.
- Por contar tanto sus problemas que aburren, mutilan y pretender que los demás sean tan infelices como ellos.
- Por haber tenido un romance con su hermano y luego no poder ser del nuevamente su amiga.
- Por tener mal aliento y ser desaseados con su cuerpo.
- Por enamorarse de mi... por decírmelo y para colmo querer que los ame a juro. O peor, querer culparme de sus males.
- Por no tratarme igual delante de sus esposas u otras amistades.
- Por ser envidiosos y criticones.
- Por pedirme dinero y no pagármelo tal como lo prometieron o pedírmelo para solucionar falsos problemas y usarlo para darle un gusto a la novia o irse de viaje de placer.
- Por decirme: yo lo sabía..., pero jamás haberme aconsejado oportunamente.
- Porque los años pasan y dejaron de ser los seres humanos que admiraba.
Con una lista como la anterior es obvio que he tenido desaciertos escogiendo las amistades, pero no crean, ellos también las han tenido conmigo, pues, algunos creyeron que haría tal o cual cosa, que los acompañaría toda la vida o que me dejaría usar, mutilar o maltratar para ellos quedar bien o sentir que tenían una amiga perfecta. Ellos también tenían una imagen de amiga perfecta, solo que diferimos de modelos.
Total, total...!, como decía la canción del Show de Fantástico, tengo cinco amigas, vale decir con cara de asombro ¡¡¡WOW!!!
Ahora, la pregunta de las mil lochas... ¿Por qué decidí terminar con mi proyecto llamado amistad?
Porque hay momentos en la vida en los que vale reflexionar sobre la vida y lo que esperas de ella, más aún cuando te acercas a tu cumpleaños como lo estoy ahora, y analizando los hechos y lo que estoy dispuesta a dar por mis amigas y amigos, he decidido no gastar polvora en zamuro, porque no puedo intentar llenar sacos rotos con mi confianza y mi amor, porque caerán en el suelo y seguro que "sin intención" y "sin querer" serán pisoteados mis sentimientos y el día que espere algo de "mis amigos" sólo encontraré vacíos, porque ese saco estaba roto, porque no podían, porque nadie les avisó, porque sus parejas le dijeron que no fueran u otra babosada que suene a excusa.
Para mi es claro que esos amigos -de los que ya no seré amiga- me quieren, me estiman, pero no de la forma como yo los había idealizado, podría arriesgarme a decir que la culpa no es de ellos sino de mis preconcepciones sobre lo que es la amistad. No obstante, yo no estoy dispuesta a aceptar menos de lo que doy, pues, no es mi idea semejarme a Cristo y turnar la mejilla, pues terminaría con el rostro desfigurado.
De toda esta experiencia puedo decir que he aprendido que hay personas que ya tienen sus amistades completas y que no quieren o simplemente no pueden invertir tiempo en un amigo más, dado que sólo quieren tener conocidos o amistades de trabajo; que prefieren amigos de su propio sexo o simplemente no quieren tener una amiga como yo, jajajajajajajaja... porque eso de tener una mujer que le diga verdades que no quieren oír, que les intuya sus tristezas, que les haga ver sus debilidades y errores, que esté tan presente en sus vidas que es imposible negar su existencia y darle un lugar, que de vez en cuando les pegue un grito o los mande al psicólogo, que reclame su estatus de amiga, que esté pendiente de la salud de sus esposas e hijos, que esté dispuesta a llevarle un remedio a media noche si es necesario o enviarles a su marido, en caso de que ella no pueda ir, que además se acuerda de la fecha de su cumpleaños y los de toda su familia -con regalo incluido- requiere como dicen los especialistas de Inteligencia Emocional jajajajajajajaja ¡Cómo me río mientras escribo esto!
El asunto final es que me he aclarado mil cosas, en especial que no puedo censurar a nadie porque no busque lo mismo que yo; que igual se le puede querer, pero que no debemos empañar nuestra visión de realidad; que la amistad, como el amor, implica reciprocidad y que ésta es una condición necesaria e imprescindible para no sufrir y, por último, que me quedo con mis cinco amigas y si alguna o algún otro se quiere sumar a mi lista, porque insisto en encontrar un amigo que viva en mi ciudad, deberá demostrar que tiene la disposición para amar y dejarse amar sin muletas ni máscaras.
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